La Obra Educativa Josefina Bálsamo, fundada en 1990 por la Madre Micaela Princiotto, ha dejado una huella imborrable en la comunidad y se ha convertido en un faro de esperanza para los jóvenes de escasos recursos.
La visión de la Madre Micaela Princiotto en la época de los años 90 era clara: brindar una educación integral y de calidad a aquellos que más lo necesitaban, en las zonas más desposeídas y más vulnerables.
Con el amor y la devoción hacía Jesucristo e Inspirada por el Evangelio de las «Bienaventuranzas», su misión era ofrecer oportunidades a los jóvenes de las zonas más alejadas de la ciudad, donde la pobreza y las dificultades eran una realidad cotidiana.
«Cuando llegué a Santa Cruz, vi el potencial y el amor desbordante en los corazones de estos niños y jóvenes que no tenían los recursos económicos para vivir con dignidad. Sabía que la educación sería una herramienta poderosa para cambiar sus vidas y abrirles puertas que antes parecían cerradas; todo era monte y tierra… no había todas estas edificaciones que vemos hoy… Empezamos a buscar recursos, por todas partes; tuvimos mucho apoyo de la comunidad italiana, pedimos donaciones y gracias a la generosidad de mucha gente hicimos posible la construcción de este colegio. En los años 90, éste era uno de los mejores colegios que existían en Bolivia, con tecnología de vanguardia… «, nos cuenta la Madre Micaela con una sonrisa que refleja su amor hacia la educación.
Con esa determinación y fe, en 1990 se abrieron las puertas de la Obra Educativa Josefina Bálsamo, el el colegio Cordecruz. Desde entonces, la institución ha crecido y se ha expandido, acogiendo en la actualidad a diez instituciones educativas en todo el departamento de Santa Cruz. Cada uno de estos colegios se ha convertido en un oasis de conocimiento y esperanza para cientos de estudiantes.
La Obra Educativa no solo se ha enfocado en la educación académica, sino que ha integrado programas de formación técnica y humanística. Los estudiantes tienen la oportunidad de desarrollar habilidades prácticas en diversas áreas, preparándolos para enfrentar los desafíos de un mundo globalizado y que puedan continuar su formación para incorporarse exitosamente al mercado laboral y contribuir al desarrollo de sus comunidades.
A lo largo de estos 34 años, la Obra Educativa Josefina Bálsamo ha graduado a 42 generaciones de estudiantes. Además, con orgullo, han visto a dos de sus egresados convertirse en sacerdotes, continuando así el legado de servicio y amor que la Madre Micaela inició.
La Obra Educativa Josefina Bálsamo se ha convertido en un referente de educación católica en Santa Cruz y en toda Bolivia. Su enfoque en los valores cristianos, la calidad académica y la formación integral ha sido reconocido y admirado por la comunidad.
«Ha sido un pilar importante en el desarrollo educativo de nuestra región»… «Su enfoque en la educación de calidad y la formación técnica ha ayudado a cerrar la brecha de desigualdad y ha brindado oportunidades a aquellos que más lo necesitan. Es un verdadero ejemplo a seguir».
Hoy, mientras celebramos los 34 años de la Obra Educativa Josefina Bálsamo, podemos ver el impacto positivo que ha tenido en la comunidad. Cientos de jóvenes han recibido una educación transformadora, han superado obstáculos y han alcanzado sus metas. El legado de la Madre Micaela Princiotto vive en cada sonrisa de los estudiantes y en cada logro que alcanzan.
La Obra Educativa Josefina Bálsamo seguirá siendo un faro de esperanza y excelencia educativa en Santa Cruz y en todo Bolivia. Su compromiso de formar a jóvenes con valores, sabiduría y habilidades tecnológicas perdurará en el tiempo, inspirando a generaciones futuras a soñar en grande y a construir un futuro mejor.
En este aniversario, rendimos homenaje a la Hermana Micaela Princiotto y a todos aquellos que han dedicado su tiempo, esfuerzo y amor a esta noble causa. La Obra Educativa Josefina Bálsamo es un testimonio vivo de que la educación puede cambiar vidas y construir un mundo mejor.